(Recuerdo que antes de casarme, el cura que me dio unas charlas previas, me dijo más o menos lo mismo, pero se quedó sin palabras en cuanto le respondí que tenía un gran conocimiento de las escrituras y respetaba a Cristo como persona, sin embargo, el sentimiento de Fe ciega y dogmática no había podido materializarlo a pesar de los intentos realizados, que los sentimientos no se manejan o deciden. Y de la Iglesia como institución mejor no hablemos demasiado porque tenía una gran cantidad de ejemplos en los que por su mediación y prédica la humanidad había pasado momentos terribles.)
Como conclusión de esa charla me quedó claro que Jesús es lo más grande que hay, que hay que creer en las escrituras y que la Iglesia es la institución por excelencia en función de la bondad y el amor fraterno.
Al final de la parrafada, se nos comunicó que el ayuno era muy bueno para la limpieza espiritual y los que así los deseaban podían quedarse rezando en su claustro durante la cena.
¡Eso si que no!, Pensé con fuerza, ya bastante energía me cuesta estar aquí, en silencio y pensando imposiciones, como para perderme la comida. La comida era una de las mejores partes de los retiros, se comía rico, variado y mucho. Ni borracho iba ayunar. En efecto, no falté a ninguna y, a pesar del silencio y los ojos bajos, las disfruté muchísimo.
Camacho no aparecería el primer día, así que luego de la cena nos mandaron a meditar otra media hora antes del descanso reparador. Supuse que me iba a costar dormir, pero el silencio cansa mucho y caí en las garras del sueño en cuanto apoyé la cabeza en la almohada.
-¡Lucas 5, 13-26, Lucas 5, 13-26, Lucas 5, 13-26!
Sin entender mucho, abrí la Biblia y, seguro de mi olvido, marqué la hoja. Me lavé la cara y los dientes y salí medio atontado al patio, donde, cual ente hipnotizado, comencé a dar vueltas siguiendo al resto. Todos con la Biblia abierta en el mismo lugar y con igual cara de dormidos.
-¡A la capilla, a la capilla, a la capilla! No tengo idea por que razón repetían tres veces cada orden siendo que en el silencio reinante era innecesario. Quiero creer que en el manual de Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, existe una dispensa que lo sugiere.
Gracias a Dios (que paradoja) no hubo misa, solo la lectura del evangelio y un pequeño sermón en español trunco discursado por el padre Peter SJ. Sacerdote de origen inglés o norte americano, que por cosas de la Compañía, había recaído en el país.
-¡A desayunar, A desayunar, A desayunar!
Excelente, a desayunar, comer como chancho aunque mirando para abajo. Esta vez, como fondo musical para la ocasión, música clásica acompañada por graves y armoniosas palabras cristianas a las que no me fue posible seguirles el hilo.
-¡En diez minutos al salón, en diez minutos al salón, en diez minutos al salón!
Me senté bastante cerca del escritorio principal. Apareció por fin. Gordo, pelado y con una gran cruz en su pecho. No cabía duda que era un tipo importante, una personalidad dentro de la Compañía. Don José Camacho, SJ.
-Buenos días, estoy acá para guiarlos en la meditación de algunos problemas espirituales que, como miembros de la Iglesia y más específicamente de la Compañía de Jesús, deben resolver o al menos encaminar su solución en función de ser buenos cristianos.
¡Una eminencia, que bien habla! Valió la pena venir. Este tipo me va a ayudar mucho. Pensaba con inocencia.
De golpe levantó la voz, hablando casi a los gritos y dando la sensación de locura.
-Los peores males de la humanidad están guiados por dos elementos nocivos e inmundos: ¡LA PORNOGRAFIA Y LA PAJA, USTEDES SON UNOS PAJEROS!!
Está bien, tiene razón, pero si el padre Antunez pone tan poca penitencia no debe ser para tanto. Meditaba yo a la vez que escuchaba los gritos de mi guía espiritual.
Y siguió largos minutos criticando la paja en todas sus formas y puteando contra la pornografía.
No recuerdo que bestialidad dijo, yo me sonreí e hice un sonido con la nariz. Me miró enfurecido.
-De que se ríe. ¿Usted es pajero?
Asentí con la cabeza.
Se descolgó la cruz del pecho y la tiró con violencia al piso, a mis pies.
-¡Esto le hacen a Jesús con cada paja!!
No me reí más en todo el retiro. A partir de ahí comencé a dudar de la cordura del afamado Camacho, tal vez de joven había sido un maestro de la meditación, ahora me parecía nada más que un pelotudo.
El tipo se pasó todo el día tratando de insuflarnos a presión en la cabeza lo terrible y degradante del onanismo y la pornografía.
Luego un maestrillo nos dio una charlita teórica donde nos aseguraba que al nacer teníamos 500 cartuchos, llámense eyaculaciones, y que si las gastábamos en pajas, cuando las necesitemos para procrear ya no las íbamos a tener. Yo estaba maravillado por el grado de huevadas que decían tanto Camacho como el otro imbécil y esperaba alguna parte que hiciera que valga la pena haber ido.
En ningún momento meditamos sobre la relación con nuestros padres y hermanos, sobre drogas, sobre tristezas o depresiones, sobre el sexo entre parejas o el amor si no es molestia. Me hubiera encantado tratar esos temas, tan imprescindibles e importantes para los adolescentes. Pero no, el dúo pornografía y paja fueron los reyes de esos inútiles tres días.
Mientras duró el retiro no me toqué y en algún momento me propuse abandonarla, pero no lo hice del todo convencido.
Lo positivo, luego de esos tres días, era que había podido mantenerme silente. Eso me daba una especie de orgullo.
-¡Pueden hablar, Pueden hablar, Pueden hablar!
Anunció el maestrillo unos minutos antes de la última merienda.
No fue para nada automático, todos empezamos a modular en silencio y, salvo algún que otro corto comentario, la merienda de despedida fue silenciosa. En el colectivo de vuelta me dormí.
Al llegar a casa me sentía un poco más bueno. No me duró demasiado, a la noche me preparé un baño de inmersión. Al vérmela flotando inerte en el agua transparente, no pude evitar hacerle unos mimitos, una bienvenida después de tres días de abandono.
Cruz J. Saubidet®2006
3 comentarios:
Amigo me he reido un mundo con tu post, ¡que historia!. Que forma tan divertida de contarla. Saludos.
jajajajajajajajajaja
juajuajuajuajuajua
hace dos horas q me rio jajajajja
tendrias q escribir un libro juaaaaaasssssssssssss
Si estaba diseñado para hacer reir: Meta cumplida. Si no fue asi, lo he disfrutado tanto que incluso reí.
Saludos.
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